Con uno de esos paseos infinitos sola por las calles de Barcelona pensaba en pequeños descubrimientos personales sobre el amor, la soledad, la naturaleza de las personas, los animales y las plantas... pensaba en lo que era común y lo que no, y sobretodo intentaba instigar a mis pensamientos que no trabajen de manera normal. Fue ahí cuando pensé en la idea de sacar de contexto los convencionalismos. Probar nuevos puntos de vista de las cosas fuera de su lugar.
Como en la vida, la rutina, el estancamiento de los días que corren y pasan como el agua; así sin darnos cuenta. La vida se vuelve rutina. Todos los días te levantas a la misma hora, tomas el mismo desayuno, coges el mismo metro de siempre, con la misma gente, etc, etc, y la vida pasa a ser un largo etcétera pero cuando en la vida se rompe... BOOM!! Algo explota a tu alrededor, empiezan a aparecer nuevos retos, empiezas a realizar un traslado físico y mental de hábitos. Empiezas a ver que tu vida ni tan siquiera te pertenece, solamente es dueña de situaciones al azar. Venga, vamos, otro cambio... de casa, de hábitos alimentarios, de recorridos, un cambio de color en la mirada monocromática.
Pero la cosa más desoladora es el cambio de mentalidad. Tener los pensamientos acomodados es un auténtico privilegio burgués, y claro, ahora hemos cambiado de clase, ahora somos progresistas; pues a progresar con los problemas.
La metralla de los pensamientos te deja el alma como un panal de abejas, peor con la diferencia que no está llena de un material dulce precisamente. Te aíslas del mundo, y te metes en una burbuja de miedo, de inestabilidad, de culpa, pero realmente es el vacío lo que todo ocupa. Hasta que un día, cansada de acariciar un circulo que se está volviendo vicioso decides no solamente dudar de ti, si no de todo tu alrededor, es decir, empiezas a pensar al revés.
Descontextualizar las cosas de la misma ajena forma en la que tu has sido descontextualizada.
Decidí vestir un árbol, no es una cosa muy corriente que digamos, pero es un cambio, para ellos y para los que los observamos.
Desde los comienzos de la historia de la indumentaria, la ropa, sea del material que sea, piel, lana, o tela; siempre cumplen la misma función y ésta es determinada. Protegen nuestros cuerpos de elementos de la naturaleza, nos cubren a la vez que realzan las formas de nuestro cuerpo; es por ello una segunda piel.
Los humanos nos protegemos de todo, del tiempo, de las enfermedades, de la gente... Ponemos filtros o capas para que la influéncia no sea tan fuerte sobre nosotros. Pensé que igual que nosotros nos protegemos, debíamos de proteger la naturaleza, en este caso a un solo árbol en concreto. Vestirlo como organismo vivo que es y protejerlo de nosotros, los humanos.
Con esta acción que es mas una ofrenda quiero hacer una reflexión sobre lo que soy yo como persona. Mis actos para cuidar mi estado emocional y físico. Arteterapia.
Quiero ser loca como los colores, grande por dentro de naturaleza y que todas estas cosas se vean reflejadas en el exterior.
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Reflexiones
En primer lugar comenzaré por decir que la poesía anteriormente citada es un texto clave para
entender el significado de mi proyecto. El texto habla sobre el lugar que ocupa cada ser vivo en el planeta. La naturaleza con su silencio sabe cómo y qué tiene que hacer, y así pasando desapercibidos nos dan, nos ofrecen cosas imperceptibles, cosas que ni siquiera nos planteamos en pensar. Ella, la madre naturaleza apareció mucho antes que nosotros, los humanos y trabajó muy duro para reinventarse en evolucionar para que nosotros pudiéramos hacer nuestro lugar en este territorio. Haasta el día de hoy cada uno ha sido capaz, con su trabajo vivir en armonía, ya que el uno sin el otro no hubiera sido posible esta simbiosis, la vida.
Posiblemente para ellos la vida sea más fácil, nacen, viven y mueren en el lugar donde les toco nacer, desarrollan sus funciones vitales tanto para ellos mismos como para nosotros y además nos dan alegría. Alegría de poder ver su crecimiento, su floración, sus regalos olfativos... nos dán alegría y vida. Al contrario,nosotros los humanos tenemos el peor cargo en este mundo, tenemos cerebro que nos hace pensar y no lo utilizamos como deberíamos. Aprendemos cosas sin apreciar los "porqués" de los parendizajes, sim`lemente pensamos en nosotros mismos y no miramos lo que nos rodea. Egoístas por naturaleza.
Tenemos que ser más generosos y dar sin esperar a recibir nada a cambio. Ellos lo hacen por amor sin recibir nada, intentemos hacerlo nosotros también; aunque el amor, a veces nos destroce.
